MAYI PEÑA
Mamá, Economista y Analista de Datos

Mayi es Analista de Datos y llegó a Uruguay desde Cuba en setiembre de 2019, junto a su esposo y su nena de 4 años.

Conoció a Mujeres IT a través de una actividad de Smart Talent y hoy forma parte de nuestro directorio. “Pertenecer al directorio siempre fue una idea que tuve desde que las vi, si bien no estaba trabajando en el sector en ese momento, yo sabía cuál quería que fuera mi destino. Ha sido fantástico poder participar de las meetups y distintas reuniones y lo más importante es poder escuchar experiencias de otras mujeres, encontrar puntos de común y tener un espacio al que pertenecer”, cuenta.

Para Mayi formar parte de la comunidad de MIT es pertenecer a algo “más grande que una misma” y en el que puede sentirse entendida, acogida y no juzgada. Un espacio para experimentar la sororidad, la empatía y la buena vibra.

Además, participa de la primera edición de nuestro Programa de Mentoreo 360, de la mano de Lucía Massa como coach y Maite Tiemi como mentora. Para ella, el programa significó la posibilidad de acercarse mejor a nuestra cultura, familiarizarse con conceptos, modismos y costumbres locales, aspectos clave en el proceso de buscar su empleo actual. También, desde el punto de vista técnico, el programa la ayudó a enfocar su tiempo y esfuerzo en distintas capacitaciones que le permitieron profesionalizar su perfil.

Es Economista de profesión pero cuenta haber estado siempre relacionada al mundo IT, ya que trabajó como docente en una universidad tecnológica y porque su esposo es ingeniero en sistemas. “Toda mi vida adulta y profesional estuvo vinculada a este sector. Formar parte de él era un destino lógico”. Además, en su último trabajo viviendo en Cuba comenzó a vincularse cada vez más al análisis de datos como forma de encontrar soluciones a problemas que se presentaban en su día a día.

Hoy en día trabaja como Analista de Datos, y aunque está muy contenta con este desafío, confiesa que el camino para llegar a él no fue fácil. Al llegar a nuestro país supo que para acercarse al sector tenía que reconvertirse, para lo que empezó a formarse y aprender nuevas herramientas y lenguajes de programación y poder mirar así los datos desde otras perspectivas. La oportunidad laboral llegó un año después.

Para Mayi por momentos fue muy difícil y pensó incluso que no lo iba a lograr. “Hice lo único que estaba a mi alcance: prepararme y seguir estudiando para desarrollar nuevas habilidades. También hice un portfolio online con mis trabajos y participé de varias meetups para mantenerme contacto con gente del área, para cuando llegara la oportunidad, estar preparada para afrontarla”.

Según nos dice, trabajar en el sector de IT es un gran desafío “hay espacios que hay que ganarlos a codazos o como decimos en Cuba: ‘sacar la guapería’. Es complicado cuando en un entorno de hombres sabés que se manejan con otros códigos y a una le toca venir a demostrar otras cosas e intentar hacer cambios¨.

Cuenta además que el proceso de insertarse en el mercado laboral lo vivió especialmente atravesada por su maternidad. “Ser mamá implica mucho tiempo y puede dar mucha carga mental, y si a eso le sumás la pandemia, todo se vive con mayor intensidad¨.

Mayi tuvo que distribuir su tiempo en adquirir nuevas habilidades que la preparasen para afrontar un futuro empleo, al mismo tiempo que maternaba a su hija y correspondía sus necesidades básicas, afectivas y de aprendizaje. Durante este proceso sintió la contradicción de estar “quitándole tiempo” a su hija para invertirlo en formarse, e incluso por no asumir 100% el cuidado mientras que su esposo trabajaba. Sin embargo, entiende que de otra forma no hubiese sido posible estar donde hoy está.

Nos cuenta que su esposo es un “varón en deconstrucción”. Con él distribuyen de forma equitativa las tareas del hogar y la crianza con su hija. Se siente afortunada, pero sabe que no siempre se da así en todas las parejas. Para ella se trata de un trabajo del día a día, de mucho diálogo y aprendizaje mutuo.

“A veces creemos que la manera que hacemos las cosas es la mejor o correcta. Pero eso también nos lo hicieron creer desde niñas. Hay que abandonar eso y darle espacio a nuestros compañeros para que lo hagan a su forma y que eso al final del día nos alivie a nosotras. La supuesta incapacidad de ellos para paternar y organizar un hogar también es un estereotipo”.

Cuando le preguntamos qué le diría a otras mamás que están en situaciones similares, Mayi confiesa que no se siente cómoda aconsejando porque entiende que todas al final del día “hacemos lo que podemos”, pero sí menciona la importancia del autocuidado, autoconocimiento y de medirnos constantemente. De revisar si la carga física, económica, social y mental está equilibrada, y pedir ayuda si hace falta.

Para terminar, nos transmite la importancia de poder delegar y confiar. “Es más fácil decirlo que hacerlo, pero tenemos que practicarlo día a día, para tener el espacio mental que necesitamos depositar en otros ámbitos de nuestra vida”.

“Participé de la entrevista de Mayi al inicio del programa y enseguida vi su potencial, su curiosidad, sus ganas de siempre estar reinventándose y de seguir creciendo y descubriendo. Es una mujer tremendamente capaz con muchísimas habilidades en distintos sentidos. Formamos un trío con ella y Maite, su líder técnica, compartimos muchas cosas más allá del programa, sentimos mucho la sororidad entre las tres. Somos luchadoras en contra de la desigualdad y la diferencia de género. Crecí junto a Mayi, ella me llevó a ser más curiosa en cuestiones de género y hoy en día estoy estudiando y formándome cada vez más”.

Lucía Massa, Coach, Programa Mentoreo 360

“Mayi tiene una energía contagiosa e hicimos buena sinergia desde el principio. Desde lo técnico, sigue evolucionando constantemente, dándome a mí la motivación para hacerlo también, ya que nos contagiamos una a la otra. Me pone muy feliz ser parte de sus logros y acompañar su crecimiento”.

Maite Tiemi, Mentora técnica, Programa Mentoreo 360